La mente de Hitler



 Libros: Matar a Hitler: todas las conspiraciones para liquidar al ...















Paseando por el barrio de Las Mercedes de Caracas en Venezuela me encontré con la Librería El Buscón. En esta oportunidad encontré varios libros maravillosos, pero uno en particular llamó mi atención: “La Mente de Hitler” (Un informe secreto de la guerra), en donde el psicoanalista Norteamericano Walter C. Langer elabora un informe para la Oficina de Servicios Estratégicos (OSS) americanos. 

Langer realiza el análisis exhaustivo de la mente del Tercer Reich alemán, resolviendo muchos enigmas que todavía siguen planteando el fenómeno histórico del nacionalsocialismo.

Me sorprendió que el tiempo corroborase la exactitud de las hipótesis planteadas por los métodos no convencionales, de este investigador acerca de la psique humana.

Desvela psicopatología de la personalidad de Adolf Hitler. Encontramos que sus tendencias podrían ser clasificadas como: hipertrofia del Yo y complejo del Mesías, pues este líder se consideraba la encarnación del bien para llevar a Alemania a dominar el mundo desde el convencimiento de que la raza aria era la más pura, lo que reforzaba con la adoración de sus seguidores.

Esta creencia del Führer excluía a homosexuales, judíos, gitanos y disidentes que eran vistos como “defectuosos e indignos”. La obsesión por el poder es una “locura” que se apodera de los dictadores, quienes con el tiempo se sienten amenazados y paranoicos, disfrazando su distorsionada percepción de sí mismos con el papel de “víctima”.

Por eso y para eso se creó la Gestapo, la S.S. y el Ministerio del Ocultismo en lideraba Erik Jan Hanussen, el astrólogo y vidente de cabecera de Hitler, que lo aconsejaba frente a los bloqueos emocionales de su líder político cuyos impedimentos eran tan fuertes que incluso sólo podía sostener relaciones íntimas con su “eterna amante” llamada Eva Braun. Eva conocía esta debilidad y con paciencia y mucha prudencia, sobrellevaba una vida casi sin ninguna relación sexual satisfactoria.

Como Hitler estaba incapacitado para expresar sus sentimientos amorosos y sinceros, optaba por “actuar” ante sus admiradores reforzando sus habilidades teatrales histriónicas, con el fin de convencer a las masas de sus ideas.

Este complejo de inferioridad lo sublimaba a través de un complejo de superioridad, posiblemente causado por los malos tratos a los que fue sometido por su padre y la extrema pobreza social y material con que sobrevivió algunos años. Ese sería uno de los motivos por las cuales el Führer despreciaba a los débiles y a todo lo que no fuera fuerte y perfecto. 

Todas estas disfuncionalidades me llevan a la pregunta: ¿Por qué la nación alemana tenía tanta fe y confianza en este guía? Una de las respuestas es que “el magnetismo animal y personal” junto con su carisma de líder, hicieran el milagro.

Al parecer una extraña y potente fuerza sobrenatural lo acompañó durante muchos años. Existió un hecho muy especial, que hizo posible que Hitler desarrollara estas capacidades mentales a través de sustancias psicoactivas como el peyote, una planta originaria de los desiertos de México y Estados Unidos, satanizada por muchos y estudiada por pocos, cuyas propiedades sagradas producen viajes y desdoblamientos astrales en quien las consume.

Fue en este contexto donde Hitler pudo realizar su propia regresión a vidas pasadas, la cual generó una certeza y seguridad que lo acompañarían hasta su muerte. La regresión es una técnica ejecutada por medio de la hipnosis clínica o bajo la influencia de la sugestión activa, con el fin de recordar eventos ocurridos en el pasado en esta vida o en vidas anteriores.

En teoría, al recordar situaciones traumáticas que yacen en el inconsciente dejan de estar reprimidas y al expresarlas estos bloqueos desaparecen, dando paso al equilibro y la tranquilidad mental.  

Uno de los pioneros de la Regresión Hipnótica Clínica, fue el Dr. Brian Weiss, un psiquiatra norteamericano autor del famoso libro “Muchas vidas muchos sabios” y la técnica consiste en poder llegar a la raíz del problema al recordarlo, traerlo al presente y una vez identificado poder resignificarlo.

De esta forma, el organismo logra auto reformarse, haciendo que los trastornos nerviosos y emocionales se mejoren ostensiblemente. 




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