Hitler y su fascinación por el ocultismo

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Una noche de invierno de 1909, Hitler que en ese entonces era artista y pasaba hambre, tenía una especie de “mentor” de las ciencias herméticas, librero y mago de origen vienés, cuyo nombre era Ernst Pretzsche. Pretzsche le proporcionaba libros de esoterismo para que aprendiera de estas artes milenarias y así poder construir un pensamiento mágico, que reforzaba a través del consumo de sustancias psicoactivas.

Aquel día, Hitler entró en un profundo trance y empezó a ver luces intermitentes que le abrían puertas a diferentes escenarios italianos con personas vestidas a la usanza del medioevo. Después de centralizar las diferentes imágenes, contrario a lo que imaginaba descubrió que no había sido un noble y destacado gobernante, conde o eminente sabio.

La información que le llegó de su vida pasada, fue la reencarnación de Landulfo Il de Capua, un personaje que había sido ocultado por el compositor Richard Wagner bajo el nombre de Klingsor de su ópera “Parsifal”, en donde narra la búsqueda del Santo Grial, obsesión perseguiría de por vida al Führer.

Landulfo era nada menos que uno de los más tenebrosos magos negros de esa época, dueño de toda la tierra “Di Labour” que se extendía desde Calabria a Nápoles hasta la isla de Capri, llegando también a Sicilia. En su inmenso castillo de Kalot en las montañas de Monte Castelo Italia, era donde se realizaban terribles sacrificios humanos y rituales de Magia Roja y Negra.

Este espeluznante descubrimiento en lugar de aterrarlo, al parecer generó en la mente de Hitler una fascinación y entusiasmo por el ocultismo, pues esa certeza lo llevó a pensar que tenía potestad sobre las fuerzas oscuras y esta influencia mágica lo hacía sentir protegido y seguro. Determina no sólo el nacimiento del régimen nazi, sino también convierte Alemania en el icono del esoterismo europeo, que más adelante desataría la Segunda Guerra Mundial.

Esta investigación periodística aunque inusual, presenta un relato de eventos pasados ​​relacionados con los orígenes y la ideología oscurantista del nacionalsocialismo en Alemania. El tema no son las organizaciones, a través de las cuales los hombres expresan racionalmente sus intereses en un contexto social y político.

Más bien, es una historia enfocada en los mitos, símbolos y fantasías que influyeron de forma sorprendente en el pensamiento reaccionario y disciplinado de los nazis, ya que, sus protagonistas principales fueron místicos, videntes y magos, que tenían poco que ver con las realidades mostradas al pueblo alemán y al mundo entero.

De hecho, sus ideas y extraños cultos fueron las doctrinas del Tercer Reich. Es importante recordar que las fantasías pueden alcanzar un estado causal una vez que se han institucionalizado en creencias, valores y grupos sociales.

Las fantasías también son un síntoma de los cambios culturales inminentes y de la acción política, como el movimiento nazi en Alemania, que se preocupaba por la creación de una élite súper humana y en el exterminio de seres inferiores para el establecimiento de un nuevo orden mundial.


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